En su diálogo "Menón" o de la Virtud, Platón presenta su teoría de la reminiscencia según la cual, conocer es recordar. (anámnesis). Si para Platón,en el mundo sensible no conocemos las Ideas, esto supone que el alma tuvo que conocer las Ideas en una existencia anterior estando “separada" del cuerpo y, que dado que las cosas son copias, “imitan” las Ideas, el conocimiento sensible provoca en nuestra alma el recuerdo (la reminiscencia) de la Idea.
Platón consideró que los conocimientos tan alejados de la mera realidad sensible, como era el caso de la matemática y la filosofía; no pueden explicarse acudiendo a la experiencia meramente empírica o perceptiva y ello le lleva a defender un innatismo: cuando conocemos una verdad de este tipo, en realidad no estamos aprendiendo algo nuevo sino que nuestra alma recuerda una verdad a la que tuvo acceso antes de encarnarse y vivir en este mundo material. Nuestra alma recuerda algo que conoció cuando vivía en el mundo de las Ideas. el alma vive sin el cuerpo en el mundo de las Ideas, percibe las distintas Ideas y sus relaciones, y al encarnarse, olvida dicho conocimiento.
El estímulo de la realidad sensible y la intervención de un interlocutor, al estilo socrático, conseguirán hacerle rememorar ese conocimiento olvidado. Esto es lo que ocurre con el esclavo que en el diálogo "Menón" logra, mediante las oportunas preguntas de Sócrates, demostrar un teorema matemático.
La teoría de la reminiscencia recuerda la teoría socrática del conocimiento y de la enseñanza: enseñar no es introducir un conocimiento en la mente de un sujeto sino incitar al alumno a que descubra en su interior una verdad.
En el S. XVII, hallamos en Descartes ( filósofo francés racionalista) en su teoría de las ideas innatas una conexión con el concepto de reminiscencia platónico.
Aristóteles se opondrá a esta concepción platónica de la reminiscencia defendiendo la idea de que nada hay en el entendimiento humano antes de haber entrado éste en contacto con la experiencia sensible, a través de los sentidos. El empirismo de Aristóteles y posteriormente de Hume son contrarios al racionalismo de Platón y de Descartes.
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